Resulta algo paradójico el pensar que para ser una persona individual, autónoma y diferente, primero debemos ser parte de un grupo. Con esto quiero decir, que debemos ser 3 para luego ser 2 y ser 2 para luego ser 1. Y haciendo incapié en la emergencia de llegar a ese "1", de nuevo tendríamos que ser 2 para luego 3 o más de tres. El núcleo formado por esos otros, es una dinámica que va de lo plural a lo singular... y viceversa, es un movimiento de ritmos... Es decir, que para ser una persona individual, hemos de haber sido sostenidos por el deseo de otros, nombrados, esperados y soñados, un año tras otro... todo eso que forma lo que somos ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario